Thursday, August 13, 2009

MIREN LO QUE ENCONTRE ...


Hoy ha sido un día extraordinario. He hecho algo que, probablemente, haré dos o tres veces en toda mi vida: me he mirado el ombligo. ¡Qué sorpresa más desagradable! En el mundo, hay dos clases de personas: las que tienen un ombligo-bulto y las que tienen un ombligo-hueco. Yo estoy en el segundo grupo y, por lo tanto, se me acumula pelusilla en el agujero. Todavía me da repelús cuando lo recuerdo...

He frotado un poco para ver si salía rápido. ¡Qué va! Parecía enganchado con pegamento. He tenido que utilizar unas pinzas para descorchar. Lamentablemente, sólo era el primer paso. Después de la primera capa de pelusilla, se ha asomado un pelo. Al estirarlo, se ha asomado un mechón. Mi sorpresa iba en aumento y casi me da algo cuando, después de estirar el segundo mechón, ha aparecido un hilo de color naranja. ¿Todo eso tenía guardado en el ombligo? ¡Me cago en mi anatomía! Nunca he me creído guarro pero quizás tengo que reconsiderarlo.

Es increíble. Después del hilo naranja, sale una hebra verde. Empiezo a sentirme como esos magos baratos que sacan interminables cintas coloradas por la boca. El hilo verde está como enganchado. Me da miedo estirar demasiado fuerte. ¿Y si me arranco el ombligo? Al final, me armo de valor y ¡zas! ¿Cómo puede ser? Me ha salido la cabellera de un click de Famobil. Y pensar que pasé mi infancia simulando que el grumete del barco pirata había sido atacado por una tribu indígena que extraía el cerebro a sus capturas...

Si esto hubiera terminado aquí, no me habría animado a escribir (qué olvidado tengo el blog, por cierto) pero es que ha habido más. Después de la peluca del click, me ha salido un caramelo Pez, un pin de Maguila Gorila, una tecla del Amstrad CPC 464, unas gafas de bucear, un chicle Cheiw de fresa ácida, una sierra de marquetería, una Botilde, un tebeo de El Capitán Trueno, el húmero del juego Operación, un recambio de tinta para Rotring, un Burmar Flax de cola, un cartabón y una moneda de 25 pesos. ¡Qué flipe!
¿Conclusión? Que me cago en mí por haber acumulado tanta mierda en mi interior. Pero también me cago en las chucherías y vainitas de hoy en día. Y en los cómics en los que no terminan ganando los buenos. Y en los diseñadores de mascotas de ahora. Y en los transportadores de ángulos. Pero, sobre todo, me cago en el paso del tiempo. Ver todos esos recuerdos saliendo de mi ombligo me ha hecho recordar que me estoy haciendo mayor.
Me he quedado a gusto... Estoy mucho mejor.

1 Comments:

Blogger Josefina said...

Genial Pinky!

6:44 PM  

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