NO HE DORMIDO BIEN...

No puedo evitar irme a lo profundo , porque no he dormido bien, y eso me provoca complicaciones en el cerebro y me pone a meditar.
Y sale el ensayo , hoy mas punzante quizás que ayer, y lo vuelco en un papel, porque hoy me siento Puta del Mercado de las Emociones , o un anuncio clasificado en Diario Libre.
Al principio era el verbo, llamado logos, y después vinieron los anuncios: visite nuestro ambigú, se decía. Esta parece la evolución lógica de la economía de distribución de mercancías (e ilusiones). Arranca el Génesis (1,1): «Al principio creo Elohim los cielos y la tierra. Ahora bien, la tierra era yermo y vacío, y las tinieblas cubrían la superficie del Océano, mientras el espíritu de Elohim se cernía sobre la haz de las aguas». Este comienzo —el cine norteamericano y las fuentes clásicas— anuncia una trama, pensamos en la edad de oro del storytelling, casi una epopeya. Salto en el tiempo y recuerdo a dos cerrajeros, dos analistas del discurso del siglo XIX, Engels y Marx: «La historia de todas las sociedades existentes hasta el presente es la historia de la lucha de clases». La ficción inicial, la aventura de vivir en tierra baldía que prometía acontecimientos, hechos singulares y memorables, deja paso a la realidad: extension du domaine de la lutte. Veamos una serie matemática infinita: esclavos, siervos, asalariados. Hoy, consume o perece, nos presentamos en el escenario como marcas individualizadas.Asi me siento yo hoy . Cada uno vende su fuerza de trabajo , olo que puede —desposeídos, pese a la apariencia y las palabras repetidas, de la identidad de ciudadano—; cada uno ofrece al mercado su capacidad , algunos directores del patio carecen de eso y me permito omitir nombres, para producir historias (productos) que hagan soñar al prójimo con un abanico multicolor de posibilidades y beneficios ( Ultimamente mas de eso que de otra cosa ). El marketing de las emociones —la infancia y juventud son paraíso y refugio— y la ausencia de política, entendida como lugar del conflicto, hacen el resto , porque nadie se quiere mojar el culo . Moisés, con las tablas de la ley en la mano, fue un precursor. Yo me agarro a mi camara y camino con mi cartel al hombro y pongo mi clasificado para no cambiar el curso de la historia.