LOS CRITICOS...EN FIN.
Llevo algún tiempo demorando el momento de volver a hablar de los críticos. Y es que es difícil entrar en un tema tan complejo. Porque, ¿qué son los críticos?
La opinión más extendida es que los críticos son periodistas. Yo no lo veo así. Entiendo que el periodismo es una noble profesión que se basa en la objetividad, una adecuada documentación, y la capacidad para contar y describir hechos. No conozco a un solo crítico que reúna esas condiciones.
En lugar de objetividad, los críticos aportan adjetivos, suposiciones y premoniciones. En la crítica de cine, son muy comunes calificativos como bodrio, tostón, o infumable. O por el contrario: exquisita, prometedora, o llamada a triunfar.
En vez de documentarse, los críticos se contentan con los datos ofrecidos por productores y distribuidores. Eso les coloca, básicamente, un paso por delante del espectador medio en conocimientos cinematográficos. De ahí que siempre se entreviste a actores y directores, y casi nunca a guionistas, directores de fotografía, de producción, de arte... De ahí que contribuyan a la equivocada idea de que las películas se hacen en el rodaje, olvidando procesos tan fundamentales como la redacción del guión, la preproducción y la postproducción.
Por último, incapaces de describir hechos, los críticos venden opiniones. A veces, incluso, escriben experiencias personales, anécdotas de sus andanzas en tal o cual festival, o valoraciones sobre la belleza de una estrella o el fracaso matrimonial de otra.
Visto que no son periodistas en absoluto –y dejando de lado la pregunta de por qué son tratados como tales- podría pensarse, entonces, que los críticos son artistas. Al fin y al cabo, comunican una expresión personal, propia, que trasciende la realidad. Pero tampoco es así, porque los críticos no crean nada independiente. Sus palabras siempre están supeditadas a la obra de otro, sin la cual ni siquiera existirían. Su obra sólo es un reflejo, más o menos distorsionado, de otra obra.
Entonces, ¿qué son los críticos? ¿Qué función social cumple esta gente? ¿Fomentar la industria del cine? No, desde luego. Una buena crítica apenas tiene traducción en taquilla. Diez buenas críticas no llevarán al cine ni la mitad de gente que un buen trailer. Aunque es cierto que una mala crítica sí contribuye –y mucho- al fracaso comercial de una película. Y es que cuando un espectador potencial lee afirmaciones tan tajantes como nada tiene gracia, o aburre a las ovejas, lo normal es que piense que cuando el río suena, agua lleva.
Ellos se defienden argumentando que dicen La Verdad. Pero no es más que un sofisma. Sólo dicen la verdad sobre lo que opinan, no sobre unos hechos objetivos. Por otro lado, todo el mundo -menos ellos- comprende que no es oportuno presentarse en un velatorio a decirle a la viuda que el finado era un putero. Una cosa es decir la verdad, y otra ser un bocazas.
Yo no soy un experto en la materia (de hecho no soy un experto en nada), pero diría que la función social de los críticos se parece mucho a la del parásito: un organismo que vive a costa de otro, al que no produce ningún beneficio.
Pero esto no hace más que complicar la pregunta inicial: ¿qué son los críticos? Porque si son parásitos, cabe preguntarse por qué nadie los elimina. Pensemos una cosa: ¿Qué sería de los críticos sin el cine? Estarían en el paro. Y por otro lado, ¿qué necesidad tiene el cine de los críticos? Yo creo que ninguna.
Y, sin embargo, los distribuidores siguen empeñados en organizar pases "de prensa". Invitan a canapés a gente que ni siquiera ve la película entera, y que puede arruinarlos publicando un libelo infame el mismo día en que una película se estrena. Porque esa es otra: ¿no podrían esperar un mísero fin de semana antes de escupir sobre el trabajo ajeno? ¿Por qué los jefes de redacción de tantos diarios permiten que gente sin oficio ni beneficio pontifique de esa manera desde sus páginas, como si supiera de lo que habla?
De verdad, estoy perdido. Díganmelo ustedes: ¿qué son los críticos?
Hay críticos buenos y críticos malos, críticos bienintencionados y depravados. Soy como todo el mundo: prefiero que me alaben a que me critiquen. Hay gente que puede escribir sobre mi trabajo y decir cosas muy, muy interesantes, pero que Dios me libre de hacerles caso. No hablan de una manera amable y respetuosa, tal y como yo hablaría de ellos si mi trabajo consistiera en criticarlos. Así que, en pocas palabras, que se vayan todos a la mierda.
La opinión más extendida es que los críticos son periodistas. Yo no lo veo así. Entiendo que el periodismo es una noble profesión que se basa en la objetividad, una adecuada documentación, y la capacidad para contar y describir hechos. No conozco a un solo crítico que reúna esas condiciones.
En lugar de objetividad, los críticos aportan adjetivos, suposiciones y premoniciones. En la crítica de cine, son muy comunes calificativos como bodrio, tostón, o infumable. O por el contrario: exquisita, prometedora, o llamada a triunfar.
En vez de documentarse, los críticos se contentan con los datos ofrecidos por productores y distribuidores. Eso les coloca, básicamente, un paso por delante del espectador medio en conocimientos cinematográficos. De ahí que siempre se entreviste a actores y directores, y casi nunca a guionistas, directores de fotografía, de producción, de arte... De ahí que contribuyan a la equivocada idea de que las películas se hacen en el rodaje, olvidando procesos tan fundamentales como la redacción del guión, la preproducción y la postproducción.
Por último, incapaces de describir hechos, los críticos venden opiniones. A veces, incluso, escriben experiencias personales, anécdotas de sus andanzas en tal o cual festival, o valoraciones sobre la belleza de una estrella o el fracaso matrimonial de otra.
Visto que no son periodistas en absoluto –y dejando de lado la pregunta de por qué son tratados como tales- podría pensarse, entonces, que los críticos son artistas. Al fin y al cabo, comunican una expresión personal, propia, que trasciende la realidad. Pero tampoco es así, porque los críticos no crean nada independiente. Sus palabras siempre están supeditadas a la obra de otro, sin la cual ni siquiera existirían. Su obra sólo es un reflejo, más o menos distorsionado, de otra obra.
Entonces, ¿qué son los críticos? ¿Qué función social cumple esta gente? ¿Fomentar la industria del cine? No, desde luego. Una buena crítica apenas tiene traducción en taquilla. Diez buenas críticas no llevarán al cine ni la mitad de gente que un buen trailer. Aunque es cierto que una mala crítica sí contribuye –y mucho- al fracaso comercial de una película. Y es que cuando un espectador potencial lee afirmaciones tan tajantes como nada tiene gracia, o aburre a las ovejas, lo normal es que piense que cuando el río suena, agua lleva.
Ellos se defienden argumentando que dicen La Verdad. Pero no es más que un sofisma. Sólo dicen la verdad sobre lo que opinan, no sobre unos hechos objetivos. Por otro lado, todo el mundo -menos ellos- comprende que no es oportuno presentarse en un velatorio a decirle a la viuda que el finado era un putero. Una cosa es decir la verdad, y otra ser un bocazas.
Yo no soy un experto en la materia (de hecho no soy un experto en nada), pero diría que la función social de los críticos se parece mucho a la del parásito: un organismo que vive a costa de otro, al que no produce ningún beneficio.
Pero esto no hace más que complicar la pregunta inicial: ¿qué son los críticos? Porque si son parásitos, cabe preguntarse por qué nadie los elimina. Pensemos una cosa: ¿Qué sería de los críticos sin el cine? Estarían en el paro. Y por otro lado, ¿qué necesidad tiene el cine de los críticos? Yo creo que ninguna.
Y, sin embargo, los distribuidores siguen empeñados en organizar pases "de prensa". Invitan a canapés a gente que ni siquiera ve la película entera, y que puede arruinarlos publicando un libelo infame el mismo día en que una película se estrena. Porque esa es otra: ¿no podrían esperar un mísero fin de semana antes de escupir sobre el trabajo ajeno? ¿Por qué los jefes de redacción de tantos diarios permiten que gente sin oficio ni beneficio pontifique de esa manera desde sus páginas, como si supiera de lo que habla?
De verdad, estoy perdido. Díganmelo ustedes: ¿qué son los críticos?
Hay críticos buenos y críticos malos, críticos bienintencionados y depravados. Soy como todo el mundo: prefiero que me alaben a que me critiquen. Hay gente que puede escribir sobre mi trabajo y decir cosas muy, muy interesantes, pero que Dios me libre de hacerles caso. No hablan de una manera amable y respetuosa, tal y como yo hablaría de ellos si mi trabajo consistiera en criticarlos. Así que, en pocas palabras, que se vayan todos a la mierda.
3 Comments:
Fuerte...
Bueno, señor Pintor: Creo que los críticos surgen para dar una opinión subjetiva, de valores y aportes sobre las cintas, en favor del público. Son personas de amplio conocimiento sobre las artes y sus interpretaciones y/o son teóricos estudiados del cine (de ahí se especializan en crítica periodística o académica). Al menos así quisiéramos que fuesen.
Sólo unos pocos tienen esas características. No sólo los de cine, sino los de todas las artes. Gente que no tiene concepto ni conocimiento musical opinando sobre "armonías y afinaciones". Lamentablemente, pasa. Y con mucha frecuencia.
Alguien dijo alguna vez, sin divorciarse de la realidad, que "El crítico es un artista frustrado. Cobarde y sin talento".
Lo que más me molesta de los críticos (de cualquier arte) es que son asquerosamente influenciables por los "especialistas". Algunos son incapaces de elaborar una idea por sí sólos. Lo que diga Roger Ebert o Armando Almánzar es lo que va. Siguen demasiados estereotipos (dentro de los cuales se incluyen que "ninguna película dominicana es buena; fíjese que la más aclamada ni siquiera se filmó en el país).
Una crítica no es sólo destacar lo mejor o lo peor, sino aportar detalles que el público podría desconocer.
Es cierto que nuestro cine no es el mejor, pero vamos avanzando. Un crítico no sólo debe ubicarse en el espacio/tiempo de la historia de la película, sino en el espacio/tiempo de la realización de la misma. Tomando lo último en consideración, muchas producciones dominicanas son subvaloradas.
Nota: la educación cultural y artística también es necesaria para el cineasta. No son sólo los críticos que la necesitan.
Rubén Dario Cruz
Franz Morrison,
www.gacetacojonuda.wordpress.com
Hola, Pinky.
Llegué aquí por casualidad, y debo decirte que me gusta mucho lo que escribes y cómo lo escribres.
Respondiendo a tu pregunta de que para qué sirven los críticos, este escrito de Roger Ebert [está en inglés] es el postulado definitivo en la materia:
http://blogs.suntimes.com/ebert/2008/11/death_to_film_critics_long_liv.html
Un saludo!
MUCHAS GRACIAS
GUIDO....
MUUUY INTERESANTE
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